lunes, 28 de junio de 2010

Retrato de Locura.



Plic,

Plic,

Plic,


Ese sonido infernal, una y otra vez. Imparable, constante y seguro.

Pensé. Pensé hasta la locura una manera de acallarlo, de detener su desquiciante golpeteo.

En vano.

Había perdido la noción del tiempo. Días, minutos, años. No significaban nada, con su paso sigiloso y enmudecido.

Fue entonces cuando creí haber dado con algo trascendente. Una idea, un esbozo de pensamiento quizás.

Pero ya era demasiado tarde y me redescubrí solo.

Ya no sabía, o mejor dicho, no me sabía. No sabía si existía. Ni siquiera sabía, si sabía existir.

Los recuerdos,

las nociones, se perdían en un agujero negro desesperante, infinito, y silencioso. Se lo tragaba todo y yo, sin sentirme ni pensarme, me desvanecía.

Me desvanecía en un cielo salpicado. No, estaba salpicado, estaba roto. O quizás... ¿quizás estaba mojado?

No conocía diferencia.

Por un momento, todo se percibía homogéneo, unívoco.

No dolía,

no.


Nada de todo eso dolía, porque, al fin y al cabo, no conocía el dolor. O ahora creía no hacerlo.


Dos mil quinientas Dos mil quinientas una Dos mil quinientas dos


Mi mente de poblaba de telarañas, hervía en un fuego aplastante, inconcebible.


Tres mil seiscientas Tres mil seiscientas una


Un sonido llego débilmente hasta mis oídos.

Alguien sintió un pinchazo. Alguien...


¿O era yo?

Imposible, de ser así, lo sabría...¿Lo sabría?


El sonido, antes remoto, fue aumentando su intensidad, y cuando parecía que mis tímpanos explotarían, sentí una vibración debajo de lo que, según creía, era mi garganta.

Era yo.

Era mi voz, o mi grito.

Eran ellos, por encima de mi cabeza.

Era yo, y ellos, y mi grito, y sus cabezas cubiertas en sombras.

De pronto, lo sentí.






Silencio.

Y me di cuenta de que el Plic se había detenido.

Comenzaba a sentir la euforia trepando mis entrañas, cuando...

Plic, plic, plic...

Allí estaba, otra vez, indefectiblemente.

Volteé la cabeza para ver, mientras me desvanecía lentamente, las gotas imparables, constantes y seguras, caer

desde

mi

garganta,

una

a

una, con un


Plic,

Plic,

Plic.

Imagen: Google

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