Cristal.Ojos ciegos miran y no ven, clavados en el inmenso lienzo gris del firmamento.
Huracanes, cientos de huracanes azotando la ciudad, surcan el cielo y se funden en Uno.
Gritos, gritos de suplica, al gran Zeus quizás,de disculpas, de olvido, resignacion y orgullo.
Lamentos, centenares de millones de lamentos lastimosos contándole a las hojas pasajeras, planes futuros que nunca llegarán.
Un predicador asegurando haber advertido que el momento llegaría, escupiendo amenazasde un infierno inventado por burdas pretenciones humanas, inutiles ahora...ya nada quedaria,y todos se preguntaron...qué sigue?
Y se acallaron las suplicas,los gritos los lamentos, las amenazas y las prédicas,Y todo sucumbio ante un aplastante silencio, como si el universo entero hubiese sido depositado en los hombros de la humanidad...entonces comprendieron que nada serviría, y que estaban condenados por el destino, Dios, o ellos mismos, a aguardar con ansias, preocupación, arrepentimiento, cólera y desesperación,esos minutos,quizas dias, quizas meses, quizás años...Esperando....Solo esperando.
Y en un momento incalculable, un rayo partio la tierra,y entonces...
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